Por JAVIER FRANCO
Al menos una vez en la vida hay que ir a Potes en fiestas. En estos días, el pueblo se transforma. Las alquitaras se encienden para mantener viva la tradición de toda una comarca.
La Fiesta del Orujo se realiza cada año el segundo fin de semana de noviembre en Potes, capital de la comarca de Liébana, Cantabria. Esta festividad, que comenzó en 1991, consiste en la degustación del orujo que se produce en esta comarca, acompañado de música tradicional, mercados tradicionales, y por supuesto del marco incomparable de los Picos de Europa.
Tres días de fiesta. El viernes 8 de noviembre empiezan a llegar miles de visitantes a Liébana. Días de bailes, banduzas, gaitas, trajes regionales y sabiduría popular. Así defienden aquí el origen de la elaboración del orujo que se remonta a la Edad Media, cuando servía de moneda de cambio.
El sentido de la fiesta del Orujo consiste en la destilación pública y posterior degustación del Orujo, en las calles de Potes.
El Orujo se elabora a partir de hollejos de uva que son fermentados y posteriormente destilados.
Se celebran gran variedad de actos en torno a la Fiesta del Orujo de Potes. Todo comienza el viernes a las 19 h con la música de grupos tradicionales cántabros por las calles de Potes.
Al día siguiente, el sábado a 12:30h, se lleva a cabo la Recepción del Orujero Mayor. Por la tarde, es la proclamación de dicho Orujero Mayor (cada año es un personaje singular, entre ellos destacan Eduardo Noriega, Ruth Beitia, David Bustamante o Juan Ramón Lucas).
El día se completa con diversos actos entre los que destacan la Degustación de Orujo y una Cata comentada.
Ya el domingo por la mañana, se encienden las alquitaras para después de las 12:30h entregar el premio Alquitara de Oro.
La producción de orujo lebaniego se remonta a la cosecha de viñedos en los monasterios en la Alta Edad Media. Cada año se galardonan a uno o varios personajes como «orujeros mayores», encargados de leer el pregón y participar activamente en el festival con conferencias y sobre todo con el encendido de las alquitaras. Además, se otorga la «Alquitara de Oro» a la marca que ha producido mejor orujo del año.
En 2012 fue declarada Fiestas de Interés Turístico Nacional.
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La reivindicación del orujo. La ancestral elaboración distingue a este aguardiente de otros. La destilación la realizan en la alquitara de cobre; un recipiente de origen árabe. La fiesta estuvo prohibida en los años 80. Una ley no permitía la destilación casera o con alquitaras móviles. En 1994 la fiesta volvía para quedarse.
Hermanas de alquitaras. En el pueblo gallego de Portomarín, el orujo lo elaboran al estilo de Potes. Por este motivo, las dos villas están hermanadas. Lazos de agua ardiente. No te sorprendas si en estos días asistes a una caimada. Todos los años, una agrupación de gallegos asiste a la fiesta. Se funden aquí dos formas de entender y respetar el orujo.
El Orujero Mayor. Si vas a Potes tienes que saber que es el mayor título que puede otorgarse a alguien. El Orujero Mayor se convierte en embajador del orujo durante todo el año. Roberto Leal, Vicente del Bosque, Edurne Pasaban o David Bustamante son solo algunos. Este año el distintivo recae sobre Okuda San Miguell. La entrega es el sábado en la carpa de la Serna.
La degustación del chupito. De orujo. Of course. El sábado por la tarde se celebra el tradicional encendido de la alquitara, que trae consigo la esperada degustación del chupito. Aquí podemos disfrutar de orujos tan identificativos como el de Sierra del Oso, Los Picos, Camacho, El Travieso o El Coterón. Todos licores artesanos que mantienen viva la esencia de la comarca.
Llega el momento de la cata. La cata a ciegas de los orujos es otro de los grandes momentos de la fiesta. El sábado por la tarde, un grupo de catadores valoran las distintas cualidades de cada uno de los licores: los aromas, el color o la transparencia del aguardiente. El domingo se hace público el ganador.