Es una Reina Mora de gran belleza, convertida por un encantamiento en estatua de piedra por la que resbalan constantemente sus lágrimas. Llegada la media noche recobra su aspecto natural y se dedica a recorrer las lúgubres salas subterráneas entre suspiros y sollozos.
Se cree que el sonido de las aguas subterráneas y el débil silbido del aire en la cueva son los lamentos de los cadáveres de los moros allí sepultados al igual que de la reina Mora implorando su liberación.
También cuentan que la Reina Mora, guarda en su sima paisajes inéditos de variada condición, y que su cueva es un yacimiento paleolítico. Otros dicen que esta Reina Mora guarda en realidad un gran tesoro de valor incalculable, que las huestes de su pueblo moro hubieron de abandonar al huir hace ya siglos.
La cueva de la Mora se encuentra en la pared noroeste de la Peña Ventosa en Cillorigo de Liébana. Es de techo alto, con estalactitas y estalagmitas de forma caprichosa.

Aspecto que presentaba la Cueva de la Mora en el año 1895.