Por JAVIER FRANCO
Ojos grandes. Cavidad estrecha y profunda por detrás y por encima de las pezuñas que es conspicua sólo si se flexiona la pezuña hacia adelante y se introduce la yema del dedo. El pelo es duro pero suave, corto en verano y más largo en invierno, cola parda muy oscura por arriba y desnuda por debajo. En verano el color varía entre canela y cervuno.
Los machos presentan un color castaño oscuro aunque la diferencia no es tan marcada como para usarlo de atributo para distinguir los sexos. En vista frontal parecen ir provistos de un delantal negro o marrón muy oscuro que les cubr
e el pecho y la parte frontal de las patasdelanteras hasta la altura delas rodillas, dejando libre, en forma de V, parte del cuello y la garganta que son en general de color cervuno o canela y que se fusiona con el color de las mandíbulas que son de color más claro, generalment e ocráceo. El pelaje de las orejas es casi negruzco por la parte posterior, pero por delante son de color canela-ocráceo. Una franja de color marrón oscuro va desde el hocico hasta los ojos, fundiéndose por detrás de ellos con el color marrón oscuro de las orejas. Esta franj a contrasta fuertemente con una banda frontal de color canela que va desde la nariz hasta la base de los cuernos. Con forma de ceja, pero situada delante de cada ojo y aproximadamente centrada en la comisura anterior de los párpados, hay una mancha alargada de color canela-rojizo que se proyecta unos 2 cm hacia arriba y abajo. La parte superior-frontal de las patas posteriores es casi negra o marrón muy oscuro, contrastando bien con la parte por debajo de la rodilla (tibia) que es más clara, generalmente de color cervuno. En invierno el color de las partes superiores es menos castaño y los flancos del cuerpo y la parte baja de los costados toman un tinte pardo muy oscuro o casi negruzco. El vientre también se hace más pálido (Figura 4). El color del pelaje de los animales jóvenes es más homogéneo que en los adultos, sin tanta delimitación del dise ño facial, del delantal, flancos y miembros. Los colores de los animales muy viejos son menos
contrastados que los descritos para adultos. Su característica señal de alarma es un resop
lido corto. También patean el suelo entre 1 y 3 veces con una de las patas delanteras encarándose en la dirección de la que procede la alarma.
El rebeco cantábrico ocupa el ecotono entre los límites superiores del bosque y los pastos supraforestales. Tiene especial preferencia por los pastos subalpinos, próximos a riscos escarpados o hayedos que le proporcionan exce
lentes zonas de escape.
En verano la temperatura juega un papel importante en el hábitat que ocupa. A primeras horas de la mañana abandonan las zonas escarpadas donde pasan la noche generalmente con poca actividad, para ocupar las praderas subalpinas donde pastan hasta que el calor comienza a apretar Entonces vuelven a enriscarse o buscan la sombra de la pared de algún risco próximo.
Si están cerca del bosque entonces buscan la sombra de algún árbol, por lo general en zonas con buena visibilidad. Cuando están pastando en zonas abiertas de brezo, no desechan la protección de que les ofrece el matorral para sestear y rumiar. Cuando el calor comienza a aflojar a últimas horas de la tarde abandonan las zonas de sesteo, para ocupar de nuevo las zonas de pastoreo hasta la llegada de la noche. Cuando son molestados por la presencia
humana pueden permanecer enriscados gran parte del día, desarrollando la actividad de pastoreo en los riscos, donde pastan la vegetación rupícola allí donde crece.
Los rebecos permanecen en la misma área durante la mayor parte del año, con pequeños desplazamientos altitudinales en relación con la cobertura de nieve. Esto es debido a que en la montaña cantábrica se dan fuertes gradientes altitudinales en pequeñas distancias y además, la dureza del invierno está temperada por la proximidad al mar. Estas dos características permiten a los rebecos escapar de los rigores del invierno en las mayores altitudes sin tener que realizar grandes desplazamientos longitudinales. Es por esto por lo que no se detecta una gran variación geográfica del área de campeo entre estaciones.